Cuando era pequeña, Paulette Petras soñaba con ser la heroína de una gran novela de aventuras, hasta que leyó La vida instrucciones de uso de Georges Perec. Se apuntó el nombre en la palma de la mano, buscó su dirección y le escribió: ¿Puedo ser tu color favorito?.
Puedes ser lo que tu quieras excepto el color del océano, pues en mi mente está marcada para siempre su brillantez líquida y cambiante, y no hay sustituto para su embriagadora y violenta calma.
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